Punto en boca cuando toca

Jose Fernández
23:39 • 24 nov. 2015

Tenemos que agradecer que de cuando en cuando a algún político ajeno al PSOE se le enganche el relé del arranque y se salga del discurso políticamente correcto, porque de no ser así no tendríamos demasiadas noticias de los movimientos feministas que abandera el Partido Socialista. De hecho, el PSOE está ahora agitando a todos estos colectivos para exigir la dimisión del alcalde de Carboneras, Salvador Hernández (un independiente apoyado por el PP) por dirigirse de modo abrupto a una concejala socialista durante un acalorado Pleno espetándole: “cállese y guarde respeto cuando está hablando un hombre”. Naturalmente esta torpe desconsideración ha sido traducida como un ejemplo de machismo con pena de postureo mediático, rasgado de vestiduras y el habitual recital de la Coral Vajillas del todos-y-todas-punto-com que se produce sólo cuando interesa. Antes de que los defensores a ultranza del buenismo cartesiano de las palabras me pongan a caldo, haré una pregunta: ¿dónde están los ahora concernidos y concernidas cuando los que incurren en un desliz o dicen una majadería son de izquierdas? Pues ya lo saben: callados como eso que ustedes piensan y yo no escribo. ¿Acaso hubo reacciones cuando un secretario de organización del PSOE mandó “a hacer punto de cruz” a la ministra Báñez? ¿Recuerdan el silencio que guardaron muchas asociaciones cuando el entonces vicepresidente de la Junta, Diego Valderas (IUCA) se refirió a una delegada socialista como “la de las tetas gordas”? El punto en boca cuando toca. No es necesario que insista para demostrar que esta indignación presuntamente feminista no es más que un capítulo más en esa incomprensible estrategia que consiste en pensar que pueden hacer lo que quieran y decir lo que se les antoje aunque ello ponga de evidencia sus contradicciones, porque han conseguido que la gente ya no piense. 







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