El compromiso de Carlos Santos

Miguel Ángel Blanco
23:40 • 24 nov. 2015

La conclusión es que “el futuro está aquí todos los días”. Es una manera significativa de poner punto final al libro “333 Historias de la Transición” (La Esfera de los Libros, 2015), fruto del compromiso del periodista Carlos Santos Gurriarán (San Cebrián de Castro, Zamora); muy vinculado con Almería, donde fue director de La Voz, entre 1984 y 1986. 
No es un libro de la historia de la Transición, sino una gran crónica periodística a base de breves y profundas crónicas de un periodismo que sabe comprometerse con la interpretación de la realidad. 
Tal como está planteado y desarrollado, “333 Historias de la Transición” solo podía haberlo escrito un periodista, incisivo y muy cercano a los acontecimientos. Y Carlos Santos es un periodista, que ha sabido desarrollar con un lenguaje directo, coloquial; irónico, cuando la ocasión lo requiere; crítico e incisivo, el proceso de la Transición en un recorrido por pequeñas historias, universales y localistas, de personajes para la historia y personajes anónimos. Cada uno ocupando su lugar.
 Todo esto convierte al libro en un recorrido diferente al resto de los libros sobre este proceso histórico. Cuando se acaban de cumplir 40 años de la muerte del dictador Francisco Franco, este libro es muy oportuno para desvelar en pequeñas crónicas la radiografía general de todo lo acontecido.
Prácticamente todos los momentos de la Transición comparecen, a veces con formato del periodismo informativo más general; a veces, desde la reflexión íntima, con aspectos que convierten la anécdota en rasgo esencial de la interpretación histórica. 
Carlos Santos da un espacio protagonista a los nombres que conformaron públicamente el proceso democrático, desde el asesinato de Carrero Blanco, en 1973, la muerte de Franco en 1975, hasta el triunfo electoral del PSOE en 1982. 
Pero también al ciudadano anónimo y sus circunstancias. Y aquí es donde desvela situaciones y personas concretas, refugiadas a veces en el silencio o en la falta de actualidad, para exponer cimientos de una historia que no hubiera sido posible sin una realidad que tuvo que permanecer en silencio en muchas ocasiones. Y en este contexto, hay hechos que van recorriendo la geografía nacional, donde Almería está muy presente y no sólo por el caso Javier Verdejo.
Un gran logro de Carlos Santos es proyectar la Transición desde la cercanía. Una divulgación que permite tener una visión general del retrato de la Transición que, 40 después, nos permite cerrar los ojos y pensar lo que fuimos, lo que somos y lo que pudimos haber sido.
Carlos Santos ha convertido sus 333 crónicas en una proyección para la reflexión crítica sobre la realidad y sobre el sentido del futuro. Y el autor expone en sus conclusiones el proceso del desencanto y los elementos que lo conforman: “Aspecto reverencial de los nuevos gobernantes por los poderes fácticos”; “cuando asomó la corrupción seguimos votando a los corruptos”, “con la misma pasividad asistimos al declive de la cultura”, “dejamos de ser espejos críticos del poder y nos olvidamos de defender la libertad”. En definitiva, Carlos Santos lo expone muy claro: “Si en estos años todos hubiéramos puesto en la cultura y el bien común el mismo empeño que hemos puesto en el consumo y el bienestar individual, otro gallo nos cantaría”. Es decir, ya se advertía en los inicios de la Transición, que había que tener mucho cuidado con la sociedad de consumo. Ella es precisamente quien nos ha vencido. Y así estamos. 
Estoy de acuerdo con Carlos Santos. Y para ello no hace falta salir de Almería. Aquí tenemos todos esos ingredientes de la derrota.


 







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