Entre el sí y el no

En la última vez que me invitaron a colaborar en este periódico, había en sus páginas de opinión una sección que yo llamaría del sí y del no. Eran dos columnas, una frente a la otra, donde un periodista generalmente de derechas (o que trabajaba para la derecha) decía sí a todo coincidiendo con la política del partido gobernante, y otra que decía no poniendo pegas a esa misma política. Supongo que los directores querían dar la sensación de imparcialidad teniendo en cuenta que también podría haber lectores de izquierda y así ensanchar las ventas. Este método lo vi también utilizado en revistas deportivas y otras publicaciones. La técnica del sí y del no no tiene nada de nueva. La utilizaron ya los escolásticos para cuestiones demasiados serias. Por ejemplo cuando se enfrentaban a un problema teológico del cual no tenían ninguna prueba empírica como el Misterio de la Santísima Trinidad, colocaban dos columnas, una con el “ videtur quod si” y la otra con el “videtur quod non” y donde hubiera más síes que noes, esa era la tesis triunfadora. En periodismo este método tiene su talón de Aquiles por una razón muy sencilla y es que la mayoría de los periódicos son de derechas. Para un artículo que se incline a hacer crítica del Gobierno hay al menos cuatro que lo alaba o al menos aminora sus defectos. La corrupción en Andalucia puede ser un ejemplo sintomático. Mientras los del PP no se cansan de despotricar contra los EREs y demás irregularidades contables de los socialistas, en Madrid, Valencia, Alicante, Baleares y mil sitios s más parece que no hubiera ocurrido nada y mira que aún queda tela que cortar, madre. Los políticos deben haberse dado cuenta de que la corrupción ya no da votos ni tampoco los quita. Es más: ya no les convence explicar el programa que suele ser un tostonazo de los de no te menees. Por eso han caído en la cuenta de que lo que vale ahora es acudir a la prensa del corazón, meterse en cuevas peligrosas, subir montañas inaccesibles, etcétera. “Planeta Calleja” “ En tu casa o en la mia” “Sálvame de Luxe”, son los programas donde uno puede rebañar algún voto, habida cuenta de que ganar hoy las elecciones generales es un problema´s bien de fe, como el de los teólogos con el misterio trinitario. Rajoy no quiere acudir al debate contra el yihadismo y demás, pero sí está dispuesto a hablar de futbol o de ciclismo del bueno en cualquier emisora amiga.Entre 
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