Negociaciones, presupuestos y memoria

Se quejaba hace unos días el portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Almería, Juan Carlos Pérez Navas, del retraso en la presentación del Presupuesto Municipal del 2016 por parte del equipo de Gobierno, y de las penosas consecuencias en la vida municipal. Decía el portavoz socialista que el equipo de Gobierno “está perdiendo el tiempo” y que dicho retraso es “inaudito” (sic.) 
Cuando el PP tenía mayoría absoluta, los presupuestos se presentaban en tiempo y forma pero hay que recordar que el actual equipo de Gobierno (PP) gobierna en minoría y que la aprobación del Presupuesto de 2016 depende, por tanto, de las negociaciones con los grupos de oposición. Y eso es algo que parece no tener en cuenta ahora quien  se vio el pasado mes de junio durante treinta horas como alcalde de Almería, en un singular pacto tripartito PSOE+C’s+IU. Sería verdaderamente provechoso que el señor Pérez Navas explicase de qué modo habría maniobrado él, como alcalde, para conseguir que las diferencias programáticas entre tres fuerzas políticas dispares alumbrasen un presupuesto municipal presentado en tiempo y forma para entrar en vigor en la fecha marcada por la Ley, es decir, el uno de enero del año siguiente. Esos son, entre otros, los pequeños grandes inconvenientes de los pactos: mucha apelación al “tiempo nuevo”, mucho canto al diálogo y mucho entendimiento como eje de la acción municipal, bla-bla-bla, pero cuando se habla de manteca, las grandes palabras pasan a un segundo plano. Y lo que resulta verdaderamente inaudito  es que precisamente el señor Pérez Navas se extrañe de esta situación. Recuerden que él fue teniente de alcalde del último gobierno municipal PSOE+IU (1999-2003). ¿Y saben cuántos presupuestos presentó en tiempo y forma en su mandato? Ninguno. Como ven, una queja completamente justificada.