El camión del tapicero

Cada mañana de sábado llega a mi barrio el camión del tapicero. Con su banda sonora de reparaciones con “grandes descuentos” y me acuerdo de aquellos tiempos de Primera División, qué tiempos.

Ustedes se preguntarán que pinta el camión del tapicero en este espacio deportivo. Y yo también, pero es que desde los tiempos de Primera lo que no falla como el camión cada sábado es el comentario de la venta.

Esa venta del Almería que todos llevan de boca en boca y sin ninguna certeza de la misma a día de hoy que les pueda contar. Yo se lo mismo que ustedes.

Me han contado que Lucas Alcaraz no lo ha firmado Alfonso García y que los fichajes ya no los hace el presidente porque unos suizos han comprado el club.

Seguro que ya se lo han contado a ustedes, y la única realidad a día de hoy es que el camión del tapicero volverá el sábado como que el Almería es de Alfonso.

La venta del Almería si se ha realizado deberá exponerla un presidente que necesita del club. Es su vida. No veo a Alfonso García fuera de él.

Yo, como el camión del tapicero, voy dando vueltas por la ciudad con “grandes ofertas” pero cuando me preguntan por la venta a todos les digo lo mismo: se lo que todos sabemos.

“Llega a esta ciudad el camión del tapicero”, esto lo sabemos de memoria como que “Alfonso ha vendido el Almería” y así un día tras otro (en mi barrio en sábado) dando vueltas y vueltas. El camión digo.

Creo que lo más importante a día de hoy es salvar la categoría y la venta pasa a un segundo plano. Todo lo que hay en la calle lo ha desmentido Alfonso García. Esa es la única realidad.

La venta del Almería empieza a ser como la banda sonora del camión del tapicero.

“Atención, atención, llega a esta ciudad el camión del tapicero”.

¡Atención a la venta!